Sabado dia 10 de enero, toca visita al veterinario para la primera desparasitación y para comprobar que todo va bien. El primer síntoma de que todo es correcto es cuando Estefanía y Rosana los ven, dicen “pero que grandes y que bonitos” y empiezan los besitos y los abrazos... Rosana empieza con el primero, le mira los ojos, las orejas, los ganglios, los dientes, le toma la temperatura, lo osculta… todo bien, lo pesa y le corta las uñas para que no haga daño a mama cuando le dé tética. Ahora la pastilla, primer intento fallido, la tira, otra vez... la vuelve a tirar, nos reimos, venga Mau, traga, tercer intento, bien, esta vez sí se la ha tragado, ya hemos terminado con él, lo dejamos en la cesta y cogemos a Vera; empieza el proceso de nuevo y está perfecta, genial todo va bien y además se ha tragado la pastilla a la primera ¡pero que buena es mi tigresa! la dejamos en la cesta y ¡¡HAY UNA PASTILLA!! Pero bueno Mau, que sinvergüenza!! Rosana lo vuelve a intentar un par de veces y nada que no la quiere, al final tiene la pastilla en la boca deshecha así que lo llevamos con Mia para que mame y enseguida se engancha, uff ahora si se la ha tragado.
La siguiente media hora transcurre reconociendo cachorros y recogiendo infinidad de pipis.
Antes de irnos nos dan algunas pautas, ya pueden dejar de mamar, hay que darles de comer 3-4 veces al día papilla y poco a poco poner menos agua hasta que hacia la sexta semana ya puedan empezar a comer pienso seco. Nos vamos muy contentos. Dentro de 15 días tenemos que volver para ponerles la primera vacuna.
De camino a casa pasamos a ver a Vicente para que vea a los cachorros y nos riñe un poquito “los cachorros no tenían que haber salido de casa, en el veterinario solo hay perros enfermos, ¿y si se ponen malitos? El veterinario puede ir a casa… a ver en un par de días como están”...
Bien pensado tiene razón ¿o a nosotras nos gusta llevar a nuestros bebés al pediatra con el montón de virus y mocos pululando por el ambiente? Nos ponemos enseguida a pensar "quien había en la consulta… no, era pronto y no habían perros además está todo muy limpio siempre, seguro que no pasa nada…"
Nos pilla de novatos, que le vamos a hacer…
P.D.: para dejaros tranquilos hoy ya es lunes 12 por la tarde y no ha habido nada de mocos, ni diarrea así que todos contentos.
La siguiente media hora transcurre reconociendo cachorros y recogiendo infinidad de pipis.
Antes de irnos nos dan algunas pautas, ya pueden dejar de mamar, hay que darles de comer 3-4 veces al día papilla y poco a poco poner menos agua hasta que hacia la sexta semana ya puedan empezar a comer pienso seco. Nos vamos muy contentos. Dentro de 15 días tenemos que volver para ponerles la primera vacuna.
De camino a casa pasamos a ver a Vicente para que vea a los cachorros y nos riñe un poquito “los cachorros no tenían que haber salido de casa, en el veterinario solo hay perros enfermos, ¿y si se ponen malitos? El veterinario puede ir a casa… a ver en un par de días como están”...
Bien pensado tiene razón ¿o a nosotras nos gusta llevar a nuestros bebés al pediatra con el montón de virus y mocos pululando por el ambiente? Nos ponemos enseguida a pensar "quien había en la consulta… no, era pronto y no habían perros además está todo muy limpio siempre, seguro que no pasa nada…"
Nos pilla de novatos, que le vamos a hacer…
P.D.: para dejaros tranquilos hoy ya es lunes 12 por la tarde y no ha habido nada de mocos, ni diarrea así que todos contentos.
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